Responsabilidad Social Corporativa

Las empresas son también un actor social y, dada su gran capacidad de impacto en el devenir de la sociedad, tienen también una gran responsabilidad frente a ésta, pues el ámbito económico en el que actúan determina en gran medida las condiciones de vida y los niveles de bienestar de los miembros de la sociedad. Por el propio desarrollo de la actividad empresarial, las organizaciones generan una serie de conocimientos, tecnologías, experiencias y relaciones que han de poner también al servicio de la sociedad. Además de ello, y como ya señalamos, han de ser conscientes de los impactos difusos que su actividad genera en lo que podemos denominar entorno social amplio, que probablemente solo podrán compensar a través de la realización de acciones de patrocinio y filantropía.
La Responsabilidad Social Corporativa engloba como una de sus dimensiones la inversión social de las empresas en: recursos económicos, materiales, conocimiento, inversión comunitaria (mejorando el capital social, la dinamización sociocultural, etc.); inversión social colaborativa, cooperativa y medioambiental; etc.
La idea de la acción social, entendida como una de las competencias de la Responsabilidad Social Corporativa, no es competir con nadie, sino encontrar prácticas comunes que beneficien a la comunidad y, por ende, a la empresa como parte de ella. El compromiso duradero sumado a la implicación activa, son elementos indispensables para el desarrollo social, humano e institucional dentro del tejido comunitario. Si no entendemos la profunda interrelación entre estos tres ámbitos (social, humano e institucional), es muy difícil crear una salida digna a los problemas y necesidades sociales.
Se trata de conjugar los objetivos económicos, sociales y medioambientales y conciliar los fines que persigue la empresa con los sociales
Es absolutamente relevante a la hora de diseñar un proceso de gestión adecuado de la Responsabilidad Social Corporativa, entender este concepto en sus diversas acepciones, situar a la empresa como una entidad responsable en la triple vertiente económica, social y medioambiental.
La Responsabilidad Social Corporativa entendida de manera global, deberá permanecer integrada en toda la cadena de valor y actuar como factor estratégico y herramienta de gestión y control, que permita articular la rentabilidad económica a la social.
Beneficios de un Plan de R.S.C. :
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Mejora la imagen externa e interna de la empresa.
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Optimización de la inversión socialmente responsable.
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Comunicación más fluida con los Grupos de Interés Social.
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Alineación e identificación del capital humano con la estrategia de la empresa.
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Mejora del clima laboral interno, aumentando el sentimiento de orgullo y pertenencia.
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Incremento de las ventas, ayudándose para ello de campañas de marketing social.
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Crecimiento del nivel de competitividad de la empresa.